lunes, 2 de diciembre de 2013



MARTES SANTO

ENTRE ROCÍO, FLORES  Y ESTRELLAS

El Nazareno victoriano da sus últimos pasos hacia el Gólgota, caído por el peso de la Cruz en esta calle de la Amargura; Por la Calle de la Victoria se acerca una mujer vestida de blanco toda, huelen los azahares en el jardín de los monos, olor entremezclado con el incienso, se acerca el Rocío, emperatriz de la Victoria, Novia de Málaga y Reina del Cielo.

La Agonía del Señor estremece a los malagueños que contemplan al Señor de Pozos Dulces, las saetas enmudecen a cuantos admiran el rostro agónico de Cristo; Las Penas de María  afligen a sus hijos malacitanos, quienes para mitigarla cada año cubren sus hombres con las flores que adorna el Parque, la Dulce Virgen , que fue la Flor de San Julián, es hoy nuestra Reina y Madre.


Qué lejos está el barrio de Nueva Málaga y que cerca nos hace sentir su Nazareno con el Perdón siempre como acto supremo de amor. Dado el Perdón, la vida nos hace sentir nuevas esperanzas en nuestro ser. En la Iglesia de Santa Ana. está ella, una Salerosa Esperanza que el Martes santo sus fervientes portadores nos regalan el privilegio de admirarla.


Humillado en Santo Domingo, el severo rostro de Cristo intimida el corazón de cuantos lo contemplan, ahí, subido en un altar de caoba y plata ve el regresar al más bello lucero malagueño y estrella perchelera, que jamás se dibujó en el firmamento malacitano, llora y llora esta preciosa Estrella dominica.


La Capilla de la Calle del Agua, el faro de todos los victorianos, hay un Cristo rescatado que oye a diario las plegarias de sus devotos, mientras el Martes Santo, su madre llena de Gracia recorre Málaga en una catedral gótica que los malagueños han previsto para ella.


Pilatos se lava las manos para sentenciar al Cristo Guapo de Málaga, aquel venerado en la más antigua parroquia de la ciudad, con su mirada serena al frente, contempla a su madre, la Reina del Santo Rosario, portadora de sus Misterios Dolorosos, Virgen inmaculada celestial que cada noche de martes santo es testigo de la Sentencia de su hijo.